En estos tiempos convulsos que corren, más de uno debe haber proferido esta maldición: ojalá te dé una diarrea eterna y te pille sin papel de water. Pues aquí está la solución para quien desea provocar estos indeseables efectos: la coronilla de fraile.
Esta planta es abundantísima en esta zona. Tanto, que me extrañó que las cabras la evitaran cuidadosamente. Lo cual significa que hay algo oculto en ella.
En otoño esta planta se adorna con unas flores azules preciosas, como globulitos, las cuales le dan su nombre científico: Globularia alypum. Es muy bonita en ramilletes, para adornar la casa. Ahora está feúcha, porque las flores secas le dan un aire descuidado. Sus hojas son lanceoladas, de un verde glauco.
Pero nuestra amiga, aunque tiene propiedades medicinales en la dosificación adecuada, es de las que tienen peligrín. O sea, su uso debe estar restringido a especialistas. Porque la coronilla de fraile es un potentísimo purgante, o sea, que puedes tener serios problemas intestinales si la tomas en exceso. Pero bastante graves, tanto que puede provocar la muerte.
Es muy útil para determinar la toxicidad de las plantas observar si las cabras las comen o no: pero esto no es concluyente, porque se comen el muérdago con gran placer, y sin embargo es tóxico para humanos en determinadas dosis. Así que siempre hay que asesorarse para el uso de las plantas. No vayamos a cagarla (nunca mejor dicho en este caso...)
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