martes, 23 de noviembre de 2010

HOY HEMOS VENDIDO NUESTRA SEGUNDA DOCENA DE HUEVOS


Aunque casi al principio de llegar aquí intentamos realizar trueques con una de las tiendas del pueblo, la cosa se diluyó porque no mostraron mucho interés en ello. En los pueblos todo el mundo tiene un poco de todo, y pasa de que alguien lleve una docenilla de huevos un par de veces por semana. Suele pasar que cuando vas tú con tus huevos, hay un poco de cola en la tienda, y aquí cuando se acumulan más de dos personas esperando para comprar, los tenderos se ponen muy tensos, y te dicen déjalos, ya lo arreglaremos, y luego ya no se acuerdan.
La primera docena se la vendimos a Renasci, pero aquello fue deshonroso por nuestra parte. Ellos trajeron harina, algarrobas, vino y panallets, pero que conste en acta que no les quisimos cobrar, y ellos insistieron...
Pero nuestros vecinos Juan y Leti, de las Valenjoves, han decidido que en vez de comprar los huevos en el súper, y hasta que ellos tengan todo en condiciones de tener animales, nos los van a comprar a nosotros. Hoy ha venido Juan a comprar una docena. Dice que se iban a hacer unos para comer fritos y con patatas fritas también. Estos huevos son hermosísimos, color naranja fuerte por el maíz, y frescos, porque eran de ayer y de hoy. Cuando los cascas, la yema queda alta, bien separada de la clara, fuerte. Y es que nuestras gallinas están como reinonas, tomando el sol y comiendo todo lo que encuentran al escarbar la tierra. Hoy estaban dándose baños de sol y de tierra, revolcándose por el suelo.
Hemos encontrado en el corral el primer agujero que denota la presencia de ratones. Pensábamos que no había por la zona, pero ya están aquí. Pues que sepan que nuestras gallinas son bastante salvajes, y cuando pillan un ratón también se lo comen, así que ellos verán. Cuando atrapan uno, es como una fiesta, se persiguen por el corral para quitárselo unas a otras, por lo visto es un manjar extraordinario.
Me gustan los ratoncillos de campo, con su color gris perla, sus manitas que parecen humanas y sus chilliditos. Lo que pasa es que muerden, y cuando los quieres salvar de algún entuerto en los que meten, tienes que usar guantes, porque hacen daño. Yo no me atrevo a cogerlos con esos dientecillos que tienen, y acaba siendo mi marido el que sale mal parado de las emergencias ratoniles. Encima que les salvas, encima te muerden...

8 comentarios:

adry dijo...

Que bien.
A cuanto le vendiste Maria?
Yo les vendo a 2,5. No comen pienso de ponedoras y eso se aprecia.
Y cuando tus vecinos los prueben, ya veras como recompran y pasan la voz

Robin dijo...

A 1,50 euros. Les hemos dicho que nos paguen lo mismo que pagan en el súper.

Bishop dijo...

Pues eso está muy bien felicidades por otro paso más hacia la autosuficiencia. Si todos hicieramos como vosotros muchos de los que ahora se rien de nosotros llorarían...

Leganycia dijo...

Muchas felicidades, eso es que ya producis lo suficiente para vosotro, todo un logro.
Parezco tonto, pero ya me había pasado varias veces por la página y no encontraba donde poner los comentarios.
Eh!, no vale reirse.

renasci dijo...

la primera docena? No, no, no.... en todo caso la segunda :) jejeje

Robin dijo...

Tienes razón, Renasci. Edito la entrada ipso facto. Lo que pasa que lo vuestro no fue una venta, fue un abuso por nuestra parte, porque vosotros trajísteis harina, algarrobas, vino y panallets, así que...Que conste en acta a nuestro favor que no queríamos el dinero, pero vosotros insististeis.

aricorural dijo...

Ayer se me acabaron los huevos de mis gallinas, y mi mujer compro en la tienda media docena, menuda diferencia hay, cuando lo bates tiene un aspecto un poco raro, acostumbrado a ese color amarillento que tienen los de mis gallinas,y asi con todo.

adry dijo...

No les puedes vender como en el super, porque la calidad no es la misma ni comparada. Pero si os llevais muy bien con los vecinos...