No puede haber más coincidencias astronómicas para que se produzca el parto de la cabra. Estamos en pleno eclipse parcial de sol: nuestros amigos astros se están dando besitos en el cielo. Luna nueva, sol eclipsado: y la cabra, tranquilamente rumiando en el corral. Si hoy no pare, afirmaré rotundamente que los astros no influyen para nada en el desarrollo de los alumbramientos. Por cierto, como tengo en las cartillas sanitarias de los perros las fechas de sus nacimientos, haré hoy un repaso de las fases lunares en esos días, y así tendremos más datos estadísticos para analizar.
A mí, siempre que hay eclipses de sol, me entra una extraña inquietud: es una tontería, porque no pasa nada, pero no sé, es como si un temor ancestral me saliese de dentro del cerebro anfibio que tenemos en la zona de la glándula pineal...Los animales ni se enteran. Y aquí está nuestro solecillo, con una luz amarillenta rarita, asustándome sólo a mí. Que tonta soy...
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