Ahora que en invierno las plantas de los huertos están bajo mínimos, podemos encontrar plantas silvestres que nos sirvan para preparar algún plato de verdura. Es el caso del rábano silvestre o ravenissa blanca (Diplotaxis erucoides). Esta planta pertenece a las crucíferas, y es pariente de las coles. Se comió mucho durante la guerra, debido a la escasez, precisamente cocinándola como si de una col se tratara. En crudo resulta algo picante. Las semillas se pueden usar como las de la mostaza. Delante de la casa tengo todo un pradillo lleno de ellas; las cabras se ponen moradas de comer rabanillos silvestres. Ahora no es que estén en su mejor momento, pero hay ejemplares en floración, y las hojas de la roseta basal se mantienen verdes.
Sobre todo, si queréis iniciaros en el consumo de plantas silvestres como verdura, hacedme el favor de identificar bien a la criatura, no sea que os vayais a envenenar. Los libros de Botánica son excelentes consejeros, pero donde esté la experiencia de una persona que conozca la planta, que se quite todo lo demás.
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