Mi intento de refundar la Compañía de las Indias Orientales ha sido un fracaso: no he conseguido que germine ninguna de las especias de las que disponía. Ni la jeera, ni la pimienta, ni el cardamomo: de éste último, sólo conseguí que germinara una semillita, que se dobló debido a su debilidad mientras la estaba manipulando al regarla. Solamente ha prosperado la raíz de jengibre, aquí a la derecha, con su brote verde; y nuevamente dentro de la casa de madera está el limonero, con sus limoncitos creciendo. Tampoco podía estar en el exterior: a causa de los vientos tan fuertes de esta zona, agitaba sus hojitas pidiendo socorro para que lo llevásemos a un enclave más amoroso.
Total, yo que me veía cual majaraní de Kapurtala, dueña de un nuevo imperio basado en la ruta de las especias...y aquí estoy, eso sí, como una reina: comiendo mermelada de naranjas al gusto inglés, degustando spaguettis con chutney de albaricoque (delicias aportadas por Joa) y bebiendo te de flores que me trajo Manitou perfumado al aroma de cardamomo ...y bajo palio que estoy. Una reinona. Sólo me faltan unos macetones de aspidistras y kentias.
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