Nada, que ayer por la noche, ya tardecito, me dió un ataque de risa de los míos, de los que lloro y todo. Es que me acordaba de la conversación con David sobre la gente nueva que en los últimos años hemos venido a la zona, conversación que tuvimos al mediodía. Nos comenta que la gente del pueblo no acaba de entender que haya pollitos que nos vengamos a vivir al campo; hombre, tampoco es que sea el desierto del Gobi: estás a 10 minutos del pueblo y a 15 de una población más grande; de ahí a pensar que vives en aislamiento, va un mundo...David nos comentaba que estamos volviendo a hacer algo de lo que la generacion rural anterior buscaba huir, y hemos llegado a la feliz conclusión de que la naturaleza humana es ir huyendo de todo, continuamente, y cómo no, para dar la pincelada científica, maticé que es la manera que tienen los genes de expandirse. Porque, amigos míos, somos el simple soporte de los genes que nos forman. Esto viene al caso porque ayer me enteré de que han encontrado un supervirus gigante que parasita vegetales y está formado, como buen virus, por material genético y su capsulita de proteína. Nada más. Y a vivir, como un rey.
Éste es el huerto recién tocadito por el sol del amanecer. Las tomateras ya tienen flores. Las hay de varias clases, así que ya veremos el baile de genes que tendremos. Interesante...
Para acabarlo de arreglar, en un ataque furibundo de racionalidad, me ha dado por releer el Gene function in Escherichia coli, biblia de los microbiólogos. Fascinante...(tengo razón).
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