Cuando dejamos que todos los seres hagan lo que en su naturaleza les es dado hacer, nos encontramos con agradables sorpresas. Esta mañana, las gallinas han desaparecido de mi vista; ¿dónde estaban? Aguzando el oído, las hemos localizado dentro del bosque.
Nuestro querido clan gallináceo campero libre de dioxinas se ha dedicado a escarbar en un claro, removiendo el humus en busca de insectos. De tal manera, que ahora, con la ayuda de una pala y un capazo, podemos recogerlo con facilidad. Lo utilizaré para añadir al huerto marciano nuevamente, porque hijos, otra vez el abono orgánico de leonardita ha desaparecido. Mi suelo marciano metaboliza la materia orgánica a una velocidad increíble. ¡Más madera!
No hay comentarios:
Publicar un comentario