No todo pueden ser buenas noticias en el huerto. Ya os comenté hace unos días que el sol estaba rarito y que sus radiaciones las notaba yo algo pasaditas de la raya. De manera que nuestras calabazas, que estaban tan frondosas y exuberantes, se achicharran sin remedio. No es falta de agua, porque las estamos regando día sí día no...las hojas se queman y los frutos, aunque nacen al principio con fuerza, irremediablemente al cabo de unos días se quedan como el que tengo en la mano, hecho una caquita. Y anuncian para este fin de semana y principio de la siguiente una ola de calor africana...buffff....
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