Ayer por la tarde pasamos una agradabilísima velada con nuestros amigos, sí, los del vinillo de Teruel. Nos han invitado a visitarlos, y la tarde de ayer era muy indicada. Así que hemos conocido su entorno, hemos hablado del bien y del mal y hemos reforzado la idea de que la gente cada vez está más por la labor autosuficiente y que le den morcillas al mundo competitivo y degradante que nos están preparando cual soufflé en microondas. Esta vez sólo he bebido un sorbito del corpóreo caldo turolense, que ya iba yo cargadita con el trabajo de la renta 2010.
Al volver a casa, tenía una extraña alegría...sí, la verdad es que lo que estamos haciendo es muy hermoso. Los grillos me escoltaban por el camino, mientras me acercaba a un cerezo con mis perros alrededor. Ningún ruido, ninguna luz, ninguna muestra de ese mundo que, dicen, más allá de las montañas y los barrancos, está devorando a las personas para hacerlas servidoras de la prima de riesgo. Oh, qué felicidad la nuestra....ojalá pudiera haceros llegar a todos un trocito de ella, para que nos recordárais y sonriérais para siempre...
...la libertad sólo es posible
cuando ya nada nos queda. O algo parecido: letra del grupo Mapas
No hay comentarios:
Publicar un comentario