miércoles, 8 de junio de 2011

LOS CONEJITOS DE LA SUERTE


Esta planta es muy simpática: son los conejitos, los conillets, oficialmente conocidos como Antirrhinum majus. La gracia de la flor radica en que, usando solamente la vista, recuerdan a la cabeza de un dragón, así con fauces amenazantes. Y si le aprietas la corola entre dos dedos en el lugar adecuado, los pétalos se abren, como fauces dispuestas a engullir hermosas y rubias doncellas. Nos enseñan entonces sus guturales interioridades, que pasan a matizarse y hacerse amables cuando usas las florecillas a modo de muñequito de ventrílocuo, y las haces hablar. De hecho, otro de sus nombres en castellano es boca de dragón. Tan simpáticos ellos, y mal comprendidos: los caballeros medievales sólo pensaban en cargárselos, con lo dulces y amorosos que pueden ser los dragoncillos...
Pertenece a la familia de las escrofulariáceas, nombre inquietante y de extrañas reminiscencias. Pero son muy simpáticos, insisto.

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