miércoles, 22 de junio de 2011

LA ACACIA DE CONSTANTINOPLA

Uy, qué despiste. Me había olvidado de enseñaros mi arbolito preferido: es una acacia de Constantinopla que ha pasado mil y una aventuras. La última el año pasado, cuando la pusimos en un bancal de arriba y al día siguiente la fuimos a ver: la había mutilado un jabalí.
Ya cansados de que el arbolito sufriera mil y un percances, lo tenemos dentro de casa. La criatura es sumamente delicada, y tampoco le pueden dar los rayos del sol directamente, porque si no se achicharran las hojas, y se queman por completo. Tampoco le conviene el viento muy fuerte...en fin, como ya indica su nombre, su sitio es Constantinopla. Todo lo demás está fuera de lugar.

Es muy graciosa, porque cuando llega la noche, cierra los foliolos replegándolos sobre sí mismos, como diciendo: a tomar viento todo ya, me voy a dormir y a soñar...con Constantinopla.

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