Lo más remarcable de esta glauca plantita es que las hojas no tienen peciolo y son como bandejitas que salen del tallo, como si esperaran la caída de un maná divino o de una energía que provenga del cielo. Apuntan con el ápice hacia arriba, contentas y como si saludaran.
Estamos ante otra de esas flores que son como solecillos contentos y alegres: pétalos amarillos, de un amarillo energético y casi fluorescente. Muchas flores de esta zona son así: el sol reflejado en la tierra, el sol dividido en cientos de solecitos pequeños creciendo a nuestro alrededor: así son el diente de león, la cebadilla, otras compuestas...pero como estos solecitos con manitas, no las hay...
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