Escucho en la radio una entrevista a un psicólogo. Resulta que la gente está bastante hecha polvo en los tiempos que corren. Cuesta, cuando una persona no se encuentra bien psíquicamente, llegar al fondo de sus males. Los puedes intuir, como persona que escucha, pues muchas veces son comunes a todos y surgen de fuentes parecidas. Pero la confirmación final es necesaria para no equivocarnos. Y hemos de conseguir llegar al fondo de los corazones para que la persona nos diga, si así lo desea, el verdadero origen de su mal.
Y ¡sorpresa! Resulta que cada vez la gente está liberándose más de sus capas de prejuicios, y estamos llegando al fondo de las almas. Ya lo comenté una vez, hace tiempo: los conceptos del bien y del mal de la cultura judeo-cristiana han causado y causarán mucho mal en los seres humanos. Porque el psicólogo ha llegado a la conclusión, después de indagar en el alma de muchos seres, que el último, el motivo final que causa el daño al alma es: que la persona no entiende cómo, siendo buena y siguiendo las leyes y normas morales y sociales con bondad y buena voluntad...su mundo se hunda.
Ésta es la causa del mal del alma.
Lo repetiré hasta la saciedad; ya sé que alguien, o muchos, pueden no estar de acuerdo: pero mi experiencia personal, pasada por el tamiz del bien y del mal, como todos, me ha demostrado que no, que no hay ni bien ni mal, que todo es AZAR y que no hay últimas ni primeras razones más que las leyes, duras y omnipresentes, de la naturaleza.
La autosuficiencia del alma consiste en lograr aceptar esta verdad sin dramas, serena y calmadamente. Y continuar siendo bueno a pesar de que no sirva para nada.
-¿Qué te parece, Xènius?
-Animula vagula blandula, Robin
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