Desde luego, he de reconocer que imaginación tengo: yo solica me monto unas aventuras de la leche. Aunque hay que reconocer que el entorno tiene magia: y la unión de mente y entorno crea visiones de mundos olvidados, o que quizás no han existido jamás...pero pienso yo que si existen aquí y ahora en mi mente...¿acaso no podemos afirmar que existen de verdad? Pues para nosotros, esta casona es una encomienda del Temple; y bien pensado, ¿por qué no lo pudo haber sido?
Después de descubrir la fuente oculta, seguimos el camino más hacia el sur. De repente, una gran casona a medio reconstruir aparece ante nosotros. Además, en lo profundo del valle, hay una cisterna enorme de recogida de agua, un abrigo rocoso impresionanate y un huerto espectacular. No nos acercamos, porque la peñita cabruna podría causar algún desaguisado, y no queremos molestar para nada el trabajo ajeno. En el patio de la casona, encontramos este cup o cisterna, que dice mi maridín que cuando era pequeño, su abuelo tenía uno en su masía, y servía para hacer buen vinillo. Queda mucho por reconstruir en esta antigua y gran casa, y esperemos que recupere pronto sus antiguos esplendores.
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