Ayer me tragué enterito y verdaderito el debate del Estado de la Nación. En primer lugar, debo reconocer que hay una persona que merece mis respetos no sólo como político, sino como estadista; independientemente de ideologías, Josep Antoni Duran i Lleida es un hombre de estado de una categoría impresionante. Plantea los problemas, pero a continuación expone soluciones. Excepcional oasis en el desierto político de las Españas.
Después de este espasmo sistémico, vuelvo por mis fueros. Fin del curso de Cooperativismo: y yo elaboro mis conclusiones:
-Me he dado cuenta de que soy realmente antisistema. Es así, no puedo negarlo.
-El modelo empresarial de cooperativismo y economía social no me vale. La idea es buena: los trabajadores crean una empresa para darse trabajo a sí mismos y eliminar intermediarios. Pero...para crearla se necesita capital inicial. Y no poco. Es decir, si creas una empresa para poder tener trabajo, se supone que no tienes un duro, y entonces, ¿de dónde vas a sacar la pasta para todos los trámites necesarios? Pues tienes que entramparte con los bancos. De manera que para crear una empresa y ganar dinero, tienes que tener dinero inicialmente. Un contrasentido sin fin, un pez que se muerde la cola infinitamente.
Socorro....
Sigo pues con la idea de la autosuficiencia como meta y como modo de vida. Este curso me la ha reafirmado aún más. Hay que contruir libremente, desde la base y con los medios y recursos que tenemos. Lo demás, castillos en el aire...y deudas con el banco.
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