El caserón del cuartel carlista, si lo queréis ver por fuera, está en la foto de la primera entrega, con el careto de Chivita en primer plano, cabreada por tanto ajetreo excursionista. Y por dentro...una pasada. Lástima que el estado de conservación de las paredes y del suelo no sea la óptima, y tengamos que entrar con precaución, sobre todo no dejando entrar a los animales...aunque tampoco han hecho intención, por lo visto ya se han dado cuenta de que el horno no está para bollos arquitectónicos. Como siempre, no tocamos nada, nos limitamos a fotografiar y a dejar constancia de historias pasadas.Es una pena enorme que los archivos del pueblo fuesen quemados durante la guerra civil, porque se han perdido retazos de historia de enorme interés. Gracias a que se han guardado algunos documentos antiguos, podemos conocer algo sobre el siglo XV, pero los papeles sobre el período decimonónico de la historia han desaparecido.
Para recordar de qué va la cosa, os comento que las guerras carlistas tuvieron lugar en España en el siglo XIX entre los partidarios de los absolutistas, que apoyaban al rey Carlos de Borbón, y los liberales, que apoyaban el reinado de Isabel II, que era hija de Fernando VII. En fin, un lío en el que salió perdiendo, como siempre, el pueblo, que se dedicaba a sacarse los ojos unos a otros sin sentido ninguno, vaya, a mi parecer...
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