Estas sí que se lo pasan en grande: no temen al calor. Con su capita de protector acolchado de caquita y paja, están de lo más orondas. Las cebollas crecen bien en esta tierra. A pesar de ser arcillosa, no se compacta si no la pisas, de manera que curiosamente las raíces crecen de maravilla. Ya lo comprobamos con otras bulbosas: al arrancarlas, la tierra cede limpiamente, deshaciéndose en granitos muy finos, pero no compactados.
Esta tierra, a poco que la protejas de la evaporación excesiva debido al sol tan intenso, retiene muy bien el agua. Y si la ayudamos con acolchados, mejor aún. Seguimos en la tarea de optimizar nuestro huerto buscando adaptarnos a las condiciones reinantes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario