Cuando construyáis un corral, debéis tener en cuenta que, así como en verano debemos procurar sombra a los animales, en invierno deben disponer de un buen rato de sol. A los animales les encanta tomar el sol. Vale más un buen rato de exposición a los rayos solares que todas las vitaminas que les podáis suministrar en los piensos comerciales. Si las observais, vereis que las cabras se quedan dormitando, estiran el cuello para que les dé el calorcillo en la mayor superficie corporal posible.
Construid los corrales con la exposición al sur.
Además de ser imprescindible en la síntesis de algunas vitaminas, los rayos solares actúan eliminando muchos parásitos de la cama y de las paredes y techos del corral, gracias a la acción de las radiaciones ultravioleta.
Es muy divertido ver también a las gallinas tomando el sol. Abren las alas todo lo que pueden, y se revuelcan en la tierra. Parecen placas solares...
El sol nos fortalece a todos y previene afecciones como el raquitismo. Su acción es imprescindible en la síntesis de vitamina D y en el metabolismo de los huesos. Las cabras embarazadas lo necesitan especialmente, si queremos chivos y chivas fuertes y robustos.
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