El embarazo de nuestra cabra Morita va progresando. Hoy, sin embargo, nos hemos dado cuenta de que por la vagina le salía un poquito de mucosidad. Nada muy importante, menos mal. Suponemos que es una pequeña incidencia, y que no debe tener la menor importancia. La cabra se encuentra en perfecto estado, come, salta y juega con normalidad.
De todas maneras, yo me la voy mirando de reojo de cuando en cuando, por si hay alguna cosa rara. Calculamos que faltan entre tres y cuatro semanas para el parto.
Una señal de que se acerca el día señalado es que las ubres, que se habían deshichado para dedicar toda la energía a alimentar al feto, vuelven a hincharse, preparando la lactancia del chivito, que mama enseguida a las pocas horas de nacer, en cuanto se aguanta de pie. De momento las ubres de Morita siguen en estado virginal.
Los partos de las cabras no suelen presentar problemas por lo general, y ellas ya saben lo que tienen que hacer. Sólo hay que vigilar que algún miembro del rebaño no pise a los recién nacidos, y que mamen por sí mismos. Hay que procurar un lugar protegido en el corral, con una buena cama y al abrigo de las corrientes de aire. Lo demás, en manos de la madre...
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