Ayer teníamos bastante hambre, de tanto recoger olivas. Así que cogí cuatro patatas gordas, las envolví en papel de aluminio y las puse sobre la estufa de leña. A seguir recogiendo olivas, y de vez en cuando, entrando en casa para darle la vuelta a las patatas. De esta manera se van asando sobre la tapa caliente de la estufa.
Una vez asadas, las pelé, las abrí por la mitad y las vacié un poco. Con la pulpa resultante mezclada con un poco de mantequilla y una pizca de sal, hice un puré de patata, al que añadí una latita de atún.
Las patatas las rellené con el chutney de membrillo y manzana ibicenco de Joa Nesch.
Todo esto acompañado de un allioli bien denso.
La presentación se puede mejorar, pero teníamos mucha hambre y no estábamos para esferificaciones. Eso sí, la combinación de sabores especiados estaba deliciosa.
Recomiendo la elaboración de chutneys para el aprovechamiento de frutos tales como membrillos, caquis, manzanas, peras...es delicioso, y admite múltiples combinaciones e inventos.
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