domingo, 5 de junio de 2011

JUGANDO A LA OCA CON LA TORMENTA



Ayer por la tarde nos fuimos a pasturar, pero como es normal en nosotros, empezamos a buscar cosas. Y decidimos que era una tarde hermosa para ir a buscar un gran caserón que hemos visto en lontananza desde un alto: es enorme, de dos pisos, tipo encomienda templaria. Y claro...¡vamos allá! Lo que pasa que ayer el día era muy inestable, y ya por la mañana nos obsequió con un rosario de tormentas que pasaban una y otra vez por encima nuestro. Pero bueno, pa´lante que nos vamos.
Ni rastro del camino para llegar a la encomienda templaria. Acabamos metidos en medio del monte, siguiendo senderillos azarosos. Y por el Montsant, avanzaba...un pedazo de tormenta de mil Joanics...enfilamos camino a casa, pero...un trueno enorme asustó a las cabras, que emprendieron un trotecillo cochinero.
Espléndida lección de supervivencia al aire libre en directo: ¿qué hacer cuando nos sorprende un tormentazo en medio del campo?
Ante todo, serenidad. Siguiente paso: valorar las posibilidades de refugio que tenemos. Lo de menos es la mojadina, que también, sobre todo si vas con animales, más vale evitar; lo peligroso son los rayos. Así que fuimos valorando los hitos del camino que permitían refugio: el maset de Angel Ferreret-el aprisco de Patricio-el abrigo del camino-la casa del barranco-la cueva de la ladera-CASA. Se trata de ir dividiendo el camino de regreso en etapas, e ir de una a otra valorando si las nubes nos van a dejar tiempo de llegar. Hay que tener cierta experiencia en el desarrollo de los núcleos convectivos, pero eso se aprende pronto viviendo en el campo.
Es como un juego de la oca: de oca a oca y tiro porque me toca; de puente a puente y tiro porque me lleva la corriente...
Al final llegamos al jardín de la oca sin mojarnos. Eso sí, yo un poco jiñadita por los truenos...

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