sábado, 4 de junio de 2011

LA JERARQUIA PASTORIL


Mi querido Peque es un cabrón. Tal cual suena. El otro día, mientras mi maridín estaba cogiendo cerezas, yo llevé el rebaño hacia la casa. Peque estaba muy tonto, y no paraba de cruzarse delante de mí, de manera que avanzábamos muy lentamente. Me impacienté, y le dí un golpecito con una caña.
Jamás lo hubiese hecho: se paró; me miró fijamente, y entonces, con un gruñido profundo, se dirigió hacia mí para darme un topazo. El tío estaba muy, muy rabioso.
En cambio, mi maridín, como véis, puede ir dándole golpes con la cañita, que no le planta cara. Es evidente que se ha establecido una jerarquía en el rebaño, que nos incluye a los humanos. El jefe aquí es mi maridín, que domina a las bestias. Luego viene Peque, y después nosotras las hembritas, que diría yo formamos un matriarcado aparte.
Muy gracioso Peque, y muy gracioso mi marido, que se chulea delante mío: el señor de las bestias...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ahi tuviste la ocasion para ascender en la escala jerarquica, ya sabes poner cara de pocos amigos, un buen rujido y un estacazo en la cabeza de peke...je je je

robin dijo...

Ciertamente, anónimo comunicante. Empero hay que pensárselo dos veces si esta situación te pilla en medio del monte, sin el marido al lado para interceder si van mal dadas, y especialmente considerando que la cabeza de Peque me llega mismamente a la zona del útero, con lo que un golpe bien dado por su parte puede ser mortífero.