Por no poner lluvia dorada, y no herir susceptibilidades. Peque es un guarro. Me explico.
Estaba yo sentada al pie de la pared de un margen, con el libro de clasificar plantas en la mano, buscando un cardo de color lila muy hermoso. Encima del margen, Peque estaba comiendo tranquilamente unas hojillas de gramíneas. La imagen, bucólica en su tranquilidad, se ha interrumpido cuando, en la zona de los riñones, he sentido algo: una sensación a la vez refrescante y algo caliente, que al principio no he sabido identificar...hasta que me he dado la vuelta y allí estaba el cabroncete de Peque, con la tita telescópica salida, meándose sobre mí. ¡Qué guarrooooo.....!
Mi marido se parte de risa. Claro, como no le ha pasado a él, tan limpito que es, que se le mancha un poquito la camiseta de resina y ya está con el alcohol a chorro, uy, que pulcro...y yo con el pis de cabra encima, hasta que no hemos llegado a casa...¡vaya risa!
2 comentarios:
Jajajajajaja, ahora puedes cantar eso de "la cabra la cabra la puta de la cabra"
Más bien del cabrón, porque está últimamente muy marrano. Se chupa la tita, y se mea en el morro, para luego ir corriendo hacia mi marido y refregarse en él. Qué cosas, de verdad...
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