Venga, una de trovadores, que la noche está preciosa, cálida y tengo un grillo aquí al lado que me está aconsejando: ¿qué dices? ¿que explique la historia del príncipe de Blaia? Pues venga...
El príncipe se llamaba Jofre Rudel. Era príncipe de Blaia. Y fíjate tú, que tan gentilhombre va y se enamora de una dama, la condesa de Trípoli...¡sin conocerla, sin verla siquiera! ¿Cómo es eso? Un caballero tan principal, que podía sin duda gozar de la compañía de las más hermosas damas, se enamora de una mujer sin saber cómo es físicamente...¿y si fuera tipo íbero, morena y peludita?
Y te preguntarás: pues entonces, ¿por qué se enamoró de ella? Pues por las cosas buenas que de ella contaban los peregrinos que venían de Antioquía: explicaban historias de su enorme bondad. Era buena.
Así que el príncipe, sintiendo tanto amor por ella, se embarcó rumbo a Trípoli, para conocerla y explicarle su amor. Pero en el viaje se puso muy enfermo, y se iba a morir. Los que le acompañaban, conocedores de su deseo, hicieron tanto por mantenerle con vida que consiguieron llevarle a presencia de la condesa: y el príncipe pudo cumplir su sueño de conocer a su amor, y así murió en brazos de ella.
La condesa lo hizo enterrar en la casa del Temple de Trípoli. Y su tristeza fue tan grande al sentir el gran amor que el príncipe tuvo por ella, que se hizo monja y así conservó su memoria de amor por él.
Esto es lo que todos en el fondo de nuestro corazón anhelamos, y anhelaremos siempre: el amor verdadero, el amor de alguien que nos quiera por lo que somos, no por lo que tengamos o por la pura necesidad de no estar solos. Los que podemos conseguir un amor así y materializarlo...nos podemos sentir unos príncipes y princesas del Universo, muchachitos de Sherwood...
3 comentarios:
Feliz história!
Hombre, feliz, lo que se dice feliz...un poco chunga la veo yo. Pero el espíritu de la historia es una maravilla, un diamante en el fondo de una mina.
Si existiera la reencarnación...entonces sí sería maravillosa. La reencarnación y una recompensa universal...que no sé yo si es el caso...
Bonita historia .....buen ejemplo de lo que es amor puro....
Saludos Eulàlia.
Publicar un comentario