Ya me extrañaba a mí que en las actuales sociedades intervencionistas se dejara la libertad de optar a la educación de los niños en los domicilios paternos o en comunidades educativas libres. Esta reflexión viene al caso porque esta mañana he oído que el Tribunal Supremo (todos en pie) ha denegado la educación en el domicilio a unos padres en este bendito país. Afortunadamente, la sentencia ha llegado ahora desde 2004, de manera que los niños ya son mayores de edad y dicha sentencia se la trae al pairo. Los padres han asegurado que tan díscolas criaturas son capaces de hablar en 5 idiomas diferentes, cosa impensable en el sistema educativo estatal actual.
Si yo hubiese tenido hijos, tampoco me hubiera importado llevarlos al colegio público. Siempre y cuando reuniese las mínimas medidas de seguridad, claro, no como el colegio de la población donde vivía antes, en el cual algunos miembros de etnia gitana acudían al centro con sendas navajas albaceteñas al cinto. Eso sí, cada día, después de que la criatura llegara a casa, diálogo con la pregunta sagrada por delante: ¿qué te han explicado hoy? La criatura, a hacer un resumen de lo aprendido, y nosotros, a enmendalla y corregilla si es necesario. Especialmente con ciertas asignaturas extrañas, como esa de Educación para la Ciudadanía, cuyo contenido desconozco, pero que resulta algo inquietante...
Y además, doy un voto de confianza al colectivo de los maestros. He tenido durante mis años de estudiante personas realmente válidas para la educación, que no se limitaban a hacernos aprender conceptos y a repetirlos como loritos, sino que hacían pensar en el porqué de las cosas. Aunque los contenidos educativos vengan señalados desde las más altas instancias, estos maestros te daban las claves para que por tí mismo encontraras caminos alternativos en la búsqueda de la verdad. Tuya era la opción de seguirlos o limitarte a los conocimientos ortodoxos.
De todas maneras, en la sociedad de hoy, pocos padres tienen tiempo de preocuparse diariamente de lo que enseñan a sus hijos en el colegio, y menos aún tienen ni tiempo ni ganas de hacerles ver que lo que les enseñan no es la verdad absoluta. Lástima. Seguiremos generando buenos ciudadanos...¿o no? Sacad tiempo para vuestros hijos, y aunque nos impidan la educación particular, particularicemos y hagamos nuestra la educación impuesta desde el poder.
Hace tiempo un amigo de mi marido nos dijo esta frase, que se me ha quedado grabada en la mente: Tengo dos hijos, y estoy en un dilema: si los educo para que sean buenas personas, cuando sean adultos todos pasarán sobre ellos y los machacarán; y si los educo como hijos de puta, triunfarán en la vida, pero siempre tendré sobre la conciencia haberlos hecho malas personas; ¿qué hago?
Ante la duda...yo me abstengo...
4 comentarios:
en el comentario final es veridico muchisimas veces le digo ironicamente a mi madre que nos han educado mal, que no vamos a llegar nada y si llegamos a algo sera a base de esfuerzo y trabajo, mientras que otros lo consigen por morro enchufe o cualquier cosa.en fin
Siempre podemos meternos a consejeros de Gas Natural: mira Felipe González, a los 68 años lo nombran consejero, y a cobrar 120.000 euros brutos al año... y nosotros a jubilarnos a los 67 con una pensión mísera. Sed buenos, que seréis recompensados... en el cielo. No conozco una sola buena persona que sea rica.
Bueno, depende de con que criterio valoremos la palabra "rico". Rico de espiritu es muy importante, no mirarte al espejo y sentirte una mierda, es importante. Saber que luchas para que el mundo sea un lugar mejor, llena de riqueza. A pesar de que sea de esa que no se puede "contar".
A mi personalmente me ha afectado mucho la sentencia, ayer no podia dormir. Soy contraria al sistema escolar actual, y como se ha pensado la educación para nuestros hijos. Nada de estimulos, nada de libre elección de la materia a aprender, nada de tiempo de juegos, nada de pensamiento crítico, nada de crecimiento personal.
Todo basado en castigos, rincon de pensar, en ordenes, en estarte callado, sentado y sin molestar, en no preguntar demasiado, en seguir las reglas establecidas.
Yo creo en un sistema en que las normas se hagan a medida de los que las viven, en que los niños aprendan a su ritmo, lento y respetado. En una escuela en que los niños de las clases tienen edades variadas, no aprendemos de los de nuestra edat! Aprendemos de los mayors nuevos conocimientos, y adquirimos con los pequeños sentido de la responsabilidad.
Me rechina, me contraria, me enfada y me repatea solo pensar en que quizas no pueda elegir la educación que quiero para mis hijos. Yo por una cosa así, en vez de mudarme de comunidad, me mudo de Pais.
Pero ya veremos como acaba esta historia.
Acabará como siempre: hasta que la gente no hagamos una revolución, nos irán quitando las libertades poco a poco. En nuestras manos está permitirlo o no. A luchar, como siempre.
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