Así se llama el carnero protagonista de la leyenda de Jasón y los argonautas. Esta historia, que en la actualidad ha sido llevada al cine y a la televisión en numerosas ocasiones, da mucho de sí porque va de griegos antiguos, de por allí el siglo XIV antes de Cristo, y permite el lucimiento de actores cachas y guapetones, y de dulces actrices ataviadas a la usanza cretense.
Crisomallo era un carnero mágico, que tenía dos particularidades: era un carnero alado, podía volar gracias a sus dos alitas, y además su vellón era de oro. Aquel que consiguiera poseerlo sería reconocido como el legítimo jefe del pueblo.
Así que allí que se fue Jasón y sus compañeros los argonautas, cómo no de viaje a una isla misteriosa, donde encontró el Vellocino de Oro colgando de un mágico árbol. O sea, que Crisomallo pasó a mejor vida...para legitimar la jefatura de Jasón.
Yo tengo también mi animal dorado, pero no es un carnero, es un chivo. Supongo que me agradecerá eternamente que a pesar de mi afición a la literatura mítica no le haya puesto el nombre del carnero mágico...aunque yo por si acaso, como es de color oro viejo, voy vigilando, no sea que le salgan un par de alas en el lomo y nos saque de la miseria. La verdad, más que de oro, su vellón parece del color de los céntimos de euro...quizá sea un buen augurio...
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