Las gallinas ya campan a sus anchas. Han tomado posesión de la finca, y van dejando sus caquitas por doquier, han removido y escampado medio montón de compost, con lo que hay que agruparlo otra vez cada día, y llevan unos buches enormes. Ventajas: comen lo que quieren, hierba, bichos, piedras, semillas...aunque mi marido les pone un cazo con pienso cada día, esto no sería realmente necesario. Por lo tanto, puedo afirmar que se puede obtener una óptima rentabilidad de las gallinas ponedoras en régimen campero. El coste en alimentación, incluso en esta época de otoño-invierno, en esta zona, puede ser cero. Se produce además un aporte de abono durante sus paseos (la gallinaza es uno de los abonos más nutrientes y ricos en nitrógeno de los de origen animal) y una labor de escarbado de la tierra, que ayuda muchísimo en la eliminación de huevos y larvas de insectos patógenos. Y la verdad, que cuando quieren algo, escarban bien hondo. ¡Adelante nuestro clan gallináceo!
2 comentarios:
os falta un gallo y unas cuantas gallinas mas si estubieseis cerca os lo proporcionaba
El gallo sí que falta, pero si ponemos más gallinas....ya no damos abasto con los huevos ahora...que los vecinos se nos han ido a pasar las fiestas a casa de su familia, y no vienen a comprar...
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