Ante la inminente llegada de la primavera, mi marido ha decidido que la barba alpina debía pasar al olvido, y se ha decidido esta tarde por un cambio de imagen. Después de estar meditando largamente, ha optado por el bigote y la perilla que tan bien le sientan. Como también ha decidido seguir dejándose el pelo largo, ya que se le riza y le gusta(jura y perjura que siempre lo tuvo liso, deben ser las malas ideas, que se le retuercen en el cerebro y le hacen salir el pelo ensortijado), esta tarde me ha venido a la mente la imagen del General Custer. Lástima de no tener un sombrero más adecuado, pero me parece que en el próximo primero de mes bajaremos al mercadillo de los ingleses de Móra, a ver si encontramos un sombrero del ejército de los Estados Unidos de América, tipo Séptimo de Caballería. Si llego a saber que se deja el pelo largo, a la finca, en vez de La Sisquella, le pongo de nombre Little Big Horn, y para india, ya estoy yo. Esta noche lo mato a ...besos...Se ha quitado diez años de encima...mmmm....
Al general Custer y a sus hombres se los cargaron por cabezones una confederación de indios hartos ya de los pesados hombres blancos; los indios estaban capitaneados por Caballo loco y Toro Sentado, que espero cabalguen para siempre por sus verdes praderas en el Otro Mundo.
1 comentario:
Le queda bien, esta mas joven.
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