Esta mañana me he levantado algo fatigada, debido a cierto envite de mi marido, que por lo que se ve ya empieza a sentir en la sangre las mareas primaverales. No comentaré nada más, baste decir que está como un toro. Pero una vez he salido de casa...os aconsejo que empecéis a mirar a vuestro alrededor: la primavera se acerca. Me he revitalizado rápidamente, de manera que hemos empezado por coger unos plantones de las higueras de alrededor, y después de podar las ramas más bajas y tenerlas un ratito en agua, para hidratar la raíz, las hemos plantado. Luego hemos regado las parras de Aricorural, que tienen muy buen aspecto: las yemas se están hinchando, buena señal. Más alegrías: el membrillero nos empieza a dar muestras de que se está despertando, con unos brotes que verdean. Y ya para dar el toque final: he ido a ver los calçots, y hoy ya tenemos el primer plato: aunque estaban tocados por los fríos, nos han sorprendido con un buen crecimiento subterráneo, y con un aspecto fenomenal de las raíces, lo que nos indica que esta tierra, bien trabajada y estimulada con el estiércol, nos va a dar grandes alegrías: me parece que el bancal de arriba va a ser un buen lugar para plantar las patatas. A los ajos les gusta esta tierra; las habas están creciendo, y las espinacas, que transplanté hace unas semanas, empiezan a desarrollar unas hojas verdes muy intersantes. Transplanté también unas lechugas que tenía en un macetón. Estoy muy animada, empiezan a verse resultados y me parece que vamos a pasarlo muy bien, nosotros y vosotros, los que vais siguiendo estas aventuras. Pienso que nos esperan tiempos fértiles, amigos...
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