viernes, 11 de febrero de 2011

QUIEN NADA QUIERE, TODO LO TIENE


Esta es una de esas frases tipo oriental o de las órdenes mendicantes, que tanto reconforta a la gente cuando se cabrea con la vida de hoy en día. Lo que pasa que a la frasecilla, de gran valor interior, yo le añado una continuación: o cómo no comerse una rosca en el mundo de hoy.
Esto es lo que me ha pasado a mí siempre; no tenía especial ambición por medrar; y encima, voy y al acabar mi relación con el mundo científico, me meto en una multinacional farmacéutica a vender medicamentos...craso error. Allí, entre múltiples cursillos de técnicas de ventas y otras zarandajas en Madrid, intentaban inculcarnos la adoración a la pirámide de necesidades de no sé quien, y haciendo que todo el mundo confesara sus anhelos interiores: uno quería un barco, la otra quería una mansión, el de más allá quería comprarse una isla en el Caribe...la leche. Por esos objetivos había que vender, vender y vender medicinas a toda costa. Yo, claro, que sólo quería trabajar normalmente, me tuve que inventar no sé qué tontería, ya ni me acuerdo lo que dije, porque si les decía lo de la paz universal y mi amor a la naturaleza, no acabo ni el cursillo. Hasta una de las chicas me confesó (aunque en privado) que su objetivo era pillar un médico con pasta, a ser posible con yate, para casarse con él...creo que lo consiguió. La verdad es que la niña estaba de toma pan y moja, volvió locos a todos los asistentes del cursillo, que iban más quemados que el palo de un churrero (aviso para navegantes: casados incluídos), y por las noches había unas correrías por los pasillos del hotel de no te menees...Es que llevaba unos escotes pezoneros que me ponían cachonda hasta a mí...
Bueno, total, que para triunfar en el mundo de hoy, o tienes muy claro que lo que importa es conseguir dinero, cuanto antes mejor, o te pasa como a mí, que por no querer, por no querer...pues...acabaré como el de la foto, que es Francisco de Asís...Mucho grisón cabecinegro, pero a dos velas...

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