Pues sí: anda que en la ciudad o de donde veníamos iban a hacer esto: pues no he tenido yo que dar vueltas y vueltas en Urbanilandia para encontrar la farmacia de guardia...Como necesitábamos más antibiótico inyectable y para los lavados uterinos, mi marido ha bajado al pueblo: pues el alcalde nos ha abierto la farmacia, y aquí viene mi hombre con las medicinas necesarias. Me gusta este mundo, sin tantas complicaciones, sin tanta tontería. No hay hamburgueserías, no hay cine, no hay centros comerciales: aunque de todas maneras, yo hace años que no voy a ninguno de esos sitios, ni cuando vivía en Barcelona. Yo cogía y me iba al monte. Es un nivel humano, accesible. Prefiero un sólo pueblo de 400 habitantes a todo New York, New York...
Conste que es una costumbre del pueblo, no penséis que lo han hecho exclusivamente para nosotros porque somos mega-guays. Si alguien necesita algo, se hace así para todo el mundo.
3 comentarios:
Y tu tambien pones de tu parte, Robin, me supongo que no a todo el mundo le hara eso de abrir para el, seguro que habra algunos que van con sus exigencias y con la obligación de que tiene que servirles y encima no dan ni las gracias. Lo digo porque por aqui conozco a algunos que son asi, ellos que les hagan favores o que la gente este para servirles y ellos nunca se pueden molestar en hacer nada por los demas. y son como los demas o un poco mas mierdas porque solo se preocupan de ellos.
Tu buen hacer te lleva a esto, que luego hay gente que confia en ti y te ayuda cuando lo necesitas.
Animo con la cabra que luego te dara buenos momentos.
Pues verdaderamente es una suerte vivir en un pueblo así, pero no todo el mundo está preparado. Estamos demasiado enganchados a las cosas materiales. Vosotros haceis reflexionar. Ah! saludos a las chivitas. Un abrazo
En los pueblos son así, ante todo solidario y los que llegamos nuevos tenemos mucho que aprender de dar sin pedir, esperando que nosotros cumplamos.
Yo tengo muchos ejemplos de "abierto 24 horas", piensos, repuestos sanitarios, ladrillos, gasolina, etc... y sobre todo "el vecino", pero luego toca corresponder (maás tarde o más pronto), ofrecerse al vecino siempre que podamos y sin que lo pida, comprar el pienso en el pueblo, aunque salga uno o dos céntimos más caro el saco, comprar el poco material que usamos para ir acondicionando la casa al proveedor del pueblo, aunque vuelva a salir unos céntimos más caros el saco del cemento, y así, yo estoy agusto viviendo (suministrándome) en el pueblo todo lo que puedo y mi compensación es saber que si alguna urgencia tengo sólo tengo que ir a ver a quien me hace falta, que seguro que me atiende en festivo y de madrugada.
El pueblo y la gente del pueblo, algo que todavía no ha podido cambiar la crisis.
Un saludo.
Publicar un comentario