Esta vez el nombrecito no me lo he inventado yo, porque ha sido muy fácil identificarlo. Y eso que de momento no es muy abundante: hemos visto unos pocos ejemplares, pero ayer los que habían se acercaron mucho a la mesa donde estábamos comiendo al aire libre, aprovechando el buen tiempo. Es precioso, una joya: todo gris, excepto los machos, con unas pequeñas manchas blancas en las alas, parecidas a las del pinzón; pero en cuanto vuelan, nos enseñan una preciosa cola color calabaza. Además, cuando están posados, mueven la cola arriba y abajo, en un movimiento característico. Se alimentan de insectos y pequeños invertebrados, así que...¡pa l´ante se ha dicho! ¡Bienvenidos a mi huerto!
En catalán el colirrojo se llama cotxa, que se pronuncia cocha, y como me parece una palabra muy bonita y singular, a partir de ahora nuestro amiguito alado será la cocha para nosotros.
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