Me siento como los antiguos comerciantes de especias: me acaban de llegar unas semillas de pimienta recogidas de un árbol de la India. Pimienta de Kerala...esto vale su peso en oro. Cómo no, es nuestro contacto con el Oriente, Joa, a través de su mujer Katja. Tiene el inmenso valor añadido de ser de un árbol de una amiga suya en Cochin. Gracias de todo corazón.
Y por cierto...nuestro amigo Joa es un alquímico elaborador de hierbas ibicencas. Todo sería normal, si no fuera porque he detectado una propiedad nada menospreciable en tal preparado: aparte de ser considerado como digestivo, tiene la virtud de producir una rápida recarga de las baterías testiculares del hombre que las ingiere, de manera que facilitan extraordinariamente lo que coloquialmente podríamos llamar un repetimos en los lances amorosos, propiedad nada desdeñable en tiempos de esperma de escasa calidad y de stress gonadal. Supongo que Katja habrá experimentado tal virtud también. Joa, yo lo patentaba rápidamente...
1 comentario:
ha, ha, ha!!!!
Esa ha estado buenísima.
Salut
Publicar un comentario