En la imagen no se aprecia bien, pero este fin de semana pasado que llovió tanto, por esta finca de enfrente nuestro bajaban unas cataratas que ni las del salto del Angel. Aparte de las características del terreno en esa zona, pues es una vertiente que recoge la caída de aguas de dos colinas, la escorrentía tan fuerte es debida a que el suelo está totalmente desprovisto de manto vegetal a causa de tanto laboreo tractoril. El resultado es que cada vez que hay una lluvia con cierta intensidad, el agua se lleva la tierra a espuertas. Luego, a los pocos días, tienen que venir con el tractor y la pala excavadora acoplada a reparar las zanjas y grietas del suelo. Gasto en gasoil, en horas de trabajo...
Espero que los de los sindicatos agrícolas empiecen pronto a dar cursillos y a concienciar a la gente de que más vale dejar una cubierta vegetal, si acaso segándola en este tiempo para que la hierba no se desmadre, para que las raíces retengan el suelo. De todas maneras, todo tiene su pro y su contra: si se deja la hierba cortada, puede ser un medio de propagación de incendios forestales.
En fin, como siempre, el azar, amigos, el azar...no hay bien ni mal, el azar...
2 comentarios:
http://home.sandiego.edu/~magnew/span-301/texts/alfonsox.pdf
Este juego del que habla también esta, en una versión, en el mismo libro, al final.
Dejo a tu google el hallazgo y lectura.
Algún día puedo enseñártelo peiza por pieza.
Dime misterioso, anda.
Misterioso, anda.
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