Aquí está una planta adaptada perfectamente al medio: el Sedum sediforme, una crasulácea muy abundante en esta zona. Les encanta a las cabras, que devoran con avidez tanto la parte floral como los tiernecitos tallos rellenos de agua. Realmente, es espectacular cómo pueden tener la capacidad de captar y almacenar tanta suculencia en un medio tan desfavorable. Pero ahí están, y eso que ésta de la foto es una no especialmente frondosa, porque hay matas realmente magníficas, pero me pillaban algo lejos de casa, y mira, con esta más próxima nos vamos a conformar.
Estas plantas se utilizan para hacer techos verdes, por ejemplo, junto con gramíneas y otras crasuláceas y cactáceas. Agarran la tierra con sus raíces, aunque no sean muy profundas.
Los Sedum son comestibles, y además se usaban para curar quemaduras antaño.
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