lunes, 15 de agosto de 2011

JUGAR...¡Y GANAR!

Muchachitos de Sherwood, hoy es un día especial. El día de mi santo, y encima...os cuento.
--------------------------------------------------------------------------
Ayer por la noche.
La noche avanzaba. La partida se iba desarrollando armoniosa, pausada. Las cartas se van calentando. Y cuando ya la noche está entrada...se decide la mano final.
En juego, algo muy, muy grande. Por una parte, una moto. Me acompaña la peñita diabólica, la mariposa cuántica, Xènius y el bosón de Higgs.
-Bueno, y tú, Robin, ¿qué te apuestas? Algo que sea equiparable en valor...
-Apuesto...la virginidad...
-¡La virginidad! A estas alturas...
-No me habéis dejado acabar. No he dicho de dónde. Así que ya estáis colaborando todos o me van a dar...bien dada. A ver, ¿qué véis?
-Yo nada-dice la mariposa cuántica-el cabroncete tiene las cartas boca abajo.
El diablillo verde está debajo de la mesa, temblando. El diablillo rojo me anima a seguir.
Tengo el 7 de picas, el 6 de corazones, el 4 de picas, un as y el 3 de diamantes...posible escalera...muy arriesgada. Necesito...un cinco. Con rima, vamos, para mayor recochineo.
-Xènius, cálculo de probabilidades.
-La probabilidad de completar la jugada en el descarte con cuatro cartas de escalera interna es de 11 contra 1. Si fuera de escalera abierta, sería de 5 contra 1. Asumible.
-Vamos allá, pues...me descarto del as...por Dios santo, que me venga un cinquillo o voy a acabar mirando a Cuenca...
La carta vuela. Viene hacia mí. El bosón de Higgs me guiña un ojo cuántico. Enróllate, chavalín...
La carta está boca abajo. Mi rival sonríe. Me ofrece la posibilidad de retractarme de mi apuesta.
-Una apuesta es una apuesta, muchacho. Y se paga.
Me enseña sus cartas. Doble pareja de reinas y ochos.
Levanto la carta. Despacio, saboreando el momento del azar...
CINCO.
ESCALERA.
TRIUNFO.

No podía ser de otra manera, muchachitos de Sherwood...estáis leyendo a Robin d´Ebre, pastora, campesina y tahúr...¿alguien podía pensar que iba a perder una apuesta de este calibre?
La moto es mía.



2 comentarios:

Nimbus dijo...

Ohhhhhh mira que eres mala-mala-mala...Nunca jamás haría yo una apuesta así contra una dama-que conste. Un besito sí, ¡cómo mucho y con permiso de Josep!
Señorita Escarlata...es usted muy mala.

Robin dijo...

Querido Nimbus, desde luego es que ni queriendo. Mira que tienes la extraña virtud de provocar mi menstruación con tu presencia. Tienes madera de santón hindú.