Ya tenemos la piscina montada. Ahora falta llenarla...la sequía aprieta este año, y hay árboles salvajes como las higueras que están en las últimas. También están quemaítos los romeros, tan resistentes ellos, pero ya muy malamente. Hasta el cocún, que el año pasado no se secó, este verano presenta este desolador aspecto: Peque se lo mira, como diciendo: por el santo amor de Dios...adónde vamos a llegar, que somos de secano, pero no tanto...
La verdad es que el montaje de la piscina no ha sido tan fácil: ¿culpable? El ventet dels collons.
Nos la ha sacado de la guía del suelo varias veces, torciendo la estructura metálica; y para más inri, el liner o lonilla azul se daña con facilidad: esto lo hacen a propósito los proveedores, fabricando unos grosores ridículos para que cada año tengas que comprar uno nuevo. A falta de pasta, se impone el pegamento y los parches.
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