martes, 16 de agosto de 2011

DOÑITA

El tabaco crece frondoso. Cada vez estamos más cerca de Tropicalia. Sí, pronto podré tener personal de servicio que me llamará doñita; sí, si recordáis, aquel viejo sueño de los principios de nuestra aventura. Ser una hacendada, con una plantación, así como Bonanza o El Gran Chaparral, grandes terratenientes pero a la vez buenas personas, cosa que no suele-no suele-ir unida. Que no se me cabree nadie, que ya pongo lo de no suele; alguien bueno rico siempre habrá. Espero. Aunque lo disimulen muy bien...

Con el tabaco pasa una cosa muy interesante: mientras cuando te fumas un cigarrillo comercial se nota un picor en el cuello y ciertos sabores incógnita, con la pura y simple hoja del tabaco seca no se experimenta nada de eso. Un sabor bueno que desaparece al cabo de pocos momentos de dejar de fumar, sin picor de garganta ni otros efectos incógnita. Curioso, curioso...

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