Sí, una estrella ha caído...sobre nuestra luna delantera del coche. Qué bonita, con sus radios y todo...
Me cago en la leche.
Suerte que por una vez mi maridín no me hizo caso, y en vez de tener el seguro del coche en su variedad más barata, aseguró las lunas también...
Porque una luna delantera de éstas, con los tiempos que corren, deben valer una pasta.
San Maridín bendito, gracias por no permitir que mi tacañería congénita venciera esta vez al buen criterio. Ora pro nobis.
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