¡Ay qué contenta estoy! Nos ha llamado la cartera del pueblo: han llegado unos paquetes. ¿Qué será?
Pues os diré que han llegado los Reyes Magos. Estábamos algo desilusionados, porque este año no habían pasado por aquí. Pensábamos que nuestro regalo sería los cabritillos nacidos, pero nada, no llegaron el día 6. (Y a este paso, no sé cuando llegarán...) Bueno, a lo mejor los Magos no sabían cual era nuestra nueva dirección, y se habían extraviado...
¡Claro, era eso! Y como ya saben donde estamos, han dejado, en su camino de vuelta a Oriente, los regalos en Correos.
Los Reyes Mika, Adam y Shakti nos han dejado como obsequio un libro de Theodore Roszak, Persona/Planeta. Este libro es citado en numerosas ocasiones como referencia para temas de estos que me gustan a mí, de ecofilosofía, podíamos decir. Ahora tendré la oportunidad de leérmelo enterito. Y así os daré más la brasa con mis entradas sobre lo divino y lo humano, esas que me vienen a la cabeza cuando hago la siesta del carnero...
El Rey Joa Nesch nos ha hecho entrega de nuevos refuerzos gastronómicos, con ese toque oriental que ha enamorado a mi marido, extrañamente, porque siempre ha sido reacio a nuevos sabores y no lo sacaba de la sopa y pollo con patatas fritas. Los sabores nuevos abren la mente. A ver qué la parece a mi maridín el licor digestivo que viene acompañando a las variadas conservas...
Podéis creer que os lo agradecemos desde lo más hondo de nuestro corazón. Gracias por pensar en nosotros.
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