viernes, 3 de diciembre de 2010

MANTENER PURIFICADO EL AIRE DE CASA: MONDAS DE NARANJA


Mi abuela materna era de Lorca, en Murcia, en concreto de un pueblo pequeñito que se llamaba Perín. Cuando en invierno comía naranjas, decía que era bueno poner la piel mondada encima de la estufa, porque purificaba el aire. En algunos bares de montaña, he visto también las mondas de naranjas sobre las estufas de leña.
El calor de la estufa evapora los ácidos de las vesiculillas que los cítricos tienen en la piel. No es que hagan un olor especialmente agradable al tostarse, pero seguramente tiene razón la gente mayor que insiste en que se desinfecta el aire. Así pues, seguiremos las tradiciones de nuestros mayores y torraremos las mondas de naranja sobre la estufa.
Lástima que en la época en que mi abuela vivía con nosotros, cuando yo era pequeña, no le preguntara por más conocimientos de antaño. Siempre me acordaré que cuando salíamos al campo, buscaba con insistencia una hierba que ella llamaba rabo de gato. Pero nunca la encontró, y yo me quedé sin saber cómo era y para qué servía. Aquellas personas que tengáis mayores a vuestro alrededor, aprovechad para preguntar y aprender todo lo que sepan, porque a veces ellos no lo valoran, y tienen en sí un verdadero acervo de sabiduría.

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