martes, 28 de diciembre de 2010

AJUSTES EN EL CAMINO: AUTOSUFICIENCIA Y VISA




Ayer fue día de balance financiero; se acerca el fin de año, y hay que estar prevenidos: pagar seguro del coche, comisiones de tarjetas...cosa que me permitió constatar un uso mal gestionado de la tarjeta de crédito por parte de mi marido. Cuando viváis en plan autosuficiente, descartad por completo el uso de tarjetas de crédito: o la persona que la usa es sumamente cuidadosa, o el dinero se volatiliza. Es imprescindible ir a comprar con el dinero contante y sonante en la mano.
No acabo de conseguir que mi marido asuma plenamente la aventura en la que estamos metidos. No acaba de comprender que yo no quiero magdalenas del horno, ni fritos barbacoa, ni café soluble...y al pagar con tarjeta, no es consciente de lo que gasta. Y lo peor es que se escuda en que lo compra por mí...
Este repaso del tema económico me produce alteraciones: no quiero hacer el papel de ogro, pero una y otra vez me veo en la necesidad de asumirlo. Llevo 6 meses insistiendo en el tema de eliminar compras superfluas: he de reconocer que el cerebro de mi marido en temas económicos es bastante refractario. Tengo dos opciones: o le doy el dinero justo para la compra, lo cual me parece infantiloide, o voy yo a comprar. Odio ir a comprar. Y me altero: esta noche, mi estómago me ha recordado tiempos pasados de reflujo gastroesofágico, y a las 4 de la madrugada estaba tomando bicarbonato. Ahora mismo, mientras escribo esto, tengo una jaqueca de campeonato.
De momento, he optado por la confiscación de la tarjeta de crédito. No he llegado al extremo de quemarla, como sugiere la foto. La he guardado entre las hojas de un libro de Sánchez-Dragó. Aunque he de reconocer que, mientras enfocaba, se ha chamuscado un poco la esquinilla. Espero que no me la haya cargado. Siempre puede necesitarse en caso de emergencia nacional, relacionado con algún tema de salud.
Es mi sino: no puedo dejar de vigilar el dinero. No puedo delegar en nadie. El dinero es exactamente igual que un rebaño: si no lo vigilas constantemente, se dispersa. Y yo sólo quiero ser pastora de cabras.
Estoy cansada. Con el dolor de cabeza que tengo, creo que es mejor que me vaya a dormir la siesta del carnero.

8 comentarios:

anfiaro dijo...

yo sigo esa opcion voy a comprar siempre con el dinero constante y sonante y paso de tarjetas y de pagar putas comisiones

Robin dijo...

Si no estuvieras tan lejos, te invitaba a unas tapitas con mi maridín y le dabas unas cuantas lecciones de economía, porque yo no puedo más. 15 años hace que lucho con esto, y no hay manera. Sólo he conseguido que se ponga un poquito tenso cuando ve que me sale fuego por las muelas y vomito sangre (figuradamente, claro).

leganycia dijo...

Este es también mi problema, las dichosas tarjetas. Tuvimos unos momentos malos economícamente, mi mujer perdió el trabajo y para aguantar tiramos de tarjetas, ahora ellas tiene trabajo, pero no nos acabamos de quitar la tarjeta de encima.
Tienen un interés de hasta el 30%, nunca vamos a conseguir pagarlas del todo y es lo que nos está matando la económia familiar.
Yo comprendo a tu marido y también te comprendo a tí, difícil solución.

Robin dijo...

Leganycia, la solución es sencilla:no usarla. Yo en toda mi vida no he usado la targeta más que cuando hacía de comercial para unos laboratorios, porque era de la empresa. A mi marido lo conocí ya defectuoso, me invitó un día a cenar, y al ir a sacar dinero del cajero, se le tragó la targeta. Uy, qué raro: pues tenía un descubierto de 400.000 pesetas. Me lo curré mes a mes para eliminarlo, y eso que cuando vi el percal, podía haber dicho:nene, para ser mi novio, a mí me vienes saneado. Pero como soy gili, y me van las causas difíciles, decidí ayudarle. No era culpa suya, venía de un divorcio y lo habían dejado pelao. Pero la puñetera manía de usar la targeta, no se la puedo quitar, es toro viejo ya.

Machingo dijo...

Robin, yo y mi mujer la utilizamos, y con todos estos años no hay problema eso si yo apunto todo lo que gasto sea en tarjeta o efectivo, para saber cada mes donde a ido a parar el dinero que sin darte cuenta con el € cunde menos. A parte una vez descontado los gastos que no se pueden evitar prestamo, agua, seguros etc.. y un pequeña sobra aunque sea de 50 € para ahorrar algo, que quedan 100 € pues a descontar hasta que te quedes sin nada cuando llegas a 0 € no se puede ni utilizar la tarjeta ni dinero en efectivo, solo en casos que no se puede evitar.
Es vivir esclavo de los números pero mejor así que gastar a discreción. Imagina que llevo casi tres años que no se cuando cobro el mes, mira en Julio de este año cobre octubre, noviembre, diciembre y la paga de 2009, el 15 de noviembre cobre la paga de junio de 2010, y el 22 de diciembre la nomina de noviembre de 2010, imagina cuando cobrare la nomina de diciembre, y a saber cuando la paga de navidad. Por eso todo va controlado, para evitar sustos.
Un saludo

Robin dijo...

Gracias Machingo, lo que me estáis explicando tú,y Leganycia,me demuestra lo tonta que soy. Lo vuestro es más fuerte, lo mío es una tontería, porque hay dinero ahorrado, pero es un pánico que me quedó desde que me despidieron del primer trabajo, un miedo irracional a quedarme sin dinero. Estoy un poco taradilla, vaya. Bueno, y además, pensad que ahora encontrar trabajo es casi imposible: porque mira, si viene un incidente, siempre te pones a trabajar una temporada y lo tienes, pero ahora...

anfiaro dijo...

entonces metele fuego a la puta tarjeta y veras como no pasa nada el problema es la educacion si te crias con ellas pues es dificil separarse pero yo por ejemplo no se ni como funcionan y tengo 28 años pero nunca me ha hecho falta y por lo tanto no estoy interesado

Robin dijo...

Y bien hecho que haces, que estás en la edad de no meterse en líos con el dinero, y vivir tranquilito y a gusto. Aunque a veces, Anfiaro, la vida puede dar mil vueltas. Yo siempre pienso en los hombres que después de un divorcio quedan a dos velas. Los jueces suelen dárselo todo a la mujer y si hay niños, la cagaste, Burt Lancaster.