USAR ORINA COMO FERTILIZANTE NITROGENADO

Cuando cuidábamos jardines, teníamos un gran problema con los gatos de la urbanización. La jet set tenía unos espléndidos jardines de unos 400 metros cuadrados, todos de césped. Agua a discreción, que hay pasta, nada de restricciones por sequía; tampoco importaba el montante de las facturas: es lo que tiene ser rico. Naturalmente, querían un césped perfecto, sin mácula. Pero éte aquí que nuestros amigos los gatos no conocen límites, y a pesar de los altos muros que protegían la intimidad de tales jardines, entraban y marcaban sus territorios...orinando sobre las verdes praderas. En la zona de la meadita, aparecía una roncha circular con las siguientes características: la zona central con la hierba totalmente quemaíta, rodeada por una zona blanquecina degradada y a continuación un aro en el cual la hierba triplicaba su crecimiento normal. Lo que pasaba es que el nitrógeno que contiene la orina, aplicado directamente en la zona central, tenía la suficiente concentración para quemar el tejido vegetal, pero a medida que la concentración descendía hacia el exterior por dilución en el suelo, llegaba un punto en que servía de estímulo al crecimiento. Conclusión: la orina a la concentración adecuada es un poderoso abono líquido. Pero poderosísimo. De hecho está formada mayormente por sustancias nitrogenadas: urea, nitratos, amonio; todas ellas formas asimilables por el metabolismo vegetal.

Determinar la concentración adecuada de orina para utilizar como fertilizante llevaría algún tiempo, pero por experiencia práctica de campo, pienso que no sería descabellado utilizarla en una dilución del 10%, es decir, 100 mililitros de orina por cada litro de agua.

No debemos escandalizarnos por el uso de orina humana: ya en tiempos del emperador Vespasiano, había un impuesto en los urinarios públicos, el cual gravaba la recogida de orina humana, que era utilizada como agente blanqueante en las lavanderías de la época. Al hijo de Vespasiano, Tito, le pareció que su padre se había pasado con el impuesto de marras, y durante una cena se lo recriminó a su padre, a lo que éste, cogiendo una moneda entre los dedos y llevándosela a la nariz, la olfateó y le respondió a su hijo: Sí sí, pero el dinero no huele mal ¿eh?

Quizás empecemos en breve a llenar botellitas recicladas...De hecho, podría acoplarse un depósito a un bidón de riego, y cuando se riegue por goteo, mediante un grifo, permitir el paso de la dilución, que se mezclará con el agua, y se fertiliza a la vez que se riega. Esta idea me la propuso Machingo, y es aplicada por un amigo suyo en el huerto, con excelentes resultados (lo del depósito auxiliar, no lo de la orina..)